Errores hay, alguna frase desafortunada también, aciertos y desaciertos según se mire. Negros del arroz como el de Rosario Piedra en la CNDH o el apapacho político al impresentable gobernador Samuel García, más cálido de lo que las relaciones institucionales exigen, por mencionar algunos. Pero el balance de lo que ha conseguido Claudia Sheinbaum no es poca cosa, considerando el terreno minado sobre el que recibió la estafeta presidencial.