
Titanic había arrasado, y su protagonista, Kate Winslet, de 22 años, ya era una superestrella. En época de modelos delgadas como Kate Moss, sus curvas estaban presentes en todas las revistas y alfombras rojas. En una entrevista en directo en la televisión británica, una mujer en la audiencia quiso hacer una pregunta: “Hay muchas fotos en la prensa haciendo comparaciones de antes y después sobre cómo fluctúa tu peso. ¿Es real eso, Kate?”. La actriz, sorprendida, y entre risas incómodas, responde como puede. “¿De qué me hablas? ¿No estamos cansados del tema del peso? Soy un ser humano, subimos y bajamos. Lo que aparece en los periódicos me pone enferma. Muchas jóvenes se ven influidas por esas cosas, y debemos pararlo”.