
Un teléfono móvil, buena iluminación, aplicaciones de montaje de foto y vídeo y ayuda de la inteligencia artificial. Con eso le ha bastado a una mujer española de 26 años para engañar a 311 hombres de todo el país. La joven había creado una imagen ficticia de sí misma para su perfil en Instagram, donde llegó a acumular 13.000 seguidores. Con algunos se ganaba su confianza y, tras conseguir que le enviaran imágenes de contenido sexual, les amenazaba con difundirlas entre sus familiares y conocidos si no le pagaban. En otros casos, ofrecía sus servicios como prostituta, previo pago, pero luego no aparecía. Mediante esta actividad ilícita consiguió reunir 16.300 euros en ocho meses, hasta que fue detenida el pasado junio —aunque el caso ha sido hecho público este viernes— en su casa de una pequeña localidad de Gipuzkoa. Allí residía con su hijo de cuatro años rodeada de basura, según han explicado fuentes de la Policía Nacional. Se le imputa un delito de extorsión y se encuentra en libertad provisional.