Es seguro que ganar el lunes la primera partida del Mundial tras una grave crisis de año y medio fue una inyección de autoestima para el vigente campeón, Liren Ding. Pero es harto improbable que un bache tan profundo (psicológico y deportivo) se arregle en un solo día. De modo que el chino optó por empatar la segunda en tres horas a pesar de que había logrado una pequeña pero duradera ventaja. El indio Dommaraju Gukesh, quien, a los 18 años, es el aspirante más joven de la historia, tendrá la iniciativa de las piezas blancas este miércoles en el duelo de Singapur, dotado con 2,4 millones de euros en premios.