A dos meses de que llegó la presidenta Claudia Sheinbaum, ¿en qué andan los liderazgos de la 4T? ¿A qué se dedican? ¿Cuáles son sus prioridades? Debajo de la mandataria lo que reina es el festín, la pachanga inacabable por el triunfo popular. El jolgorio incluye un periodo larguísimo de revancha sobre todo lo hecho no en el Gobierno pasado, sino en el ante pasado y anteriores. La lista de cambios no parece tener fin. Los proyectos de destrucción de lo habido conforman una larga lista. Cada día Monreal o Noroña –las caras masculinas de este nuevo periodo– anuncian una transformación más: que si los sorteos, que si las propinas, que si aplastan al Poder Judicial, que si los autónomos, que las elecciones de personas juzgadoras, que si votan desde el estadio de beisbol, en fin, una mezcla de buenos deseos, falsos diagnósticos, ímpetu de venganza y una vergonzosa capacidad de ejecución son los resultados de estos dos meses de gobierno.