Vigo se ha convertido en la ciudad de la Navidad por excelencia. Un gigantesco árbol de 44 metros de altura, 420 calles iluminadas y 11,5 millones de luces LED así lo atestiguan. El Barça llegó a Balaídos con el objetivo de volver a brillar con luz propia. Pareció conseguirlo cuando Raphinha abrió el marcador y Lewy puso el segundo… pero se quedó con diez en la recta final por la expulsión de Marc Casadó y llegó el apagón. Alfon y Hugo Álvarez igualaron un encuentro al que no le faltó de nada.
Sin Lamine Yamal, pero con Gavi. La del sevillano fue la gran apuesta del técnico alemán en un once donde cabía otra novedad, la de Gerard Martín en el bando izquierdo por un Balde que arrastra molestias. Gavi se ubicó en la mediapunta, Raphinha por la derecha, en el sitio habitual de Lamine, y Dani Olmo por la izquierda.
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Aspas avisa y Raphinha no perdona
Salió en tromba el Celta, espoleado por un Balaídos lleno a reventar. Iago Aspas llegaba a su primera ‘cita’ ante Iñaki Peña con el bagaje de haberle marcado 11 goles al Barça. A los 4 minutos, tuvo una ocasión inmejorable, libre de marca, para sumar una nueva muesca. Le salió desviado. Los celestes buscaron hacer daño por la banda de Gerard Martín, que se cargó muy pronto con una amarilla.
Se intuía sufrimiento… hasta que apareció Raphinha para prolongar su increíble estado de gracia. Al cuarto de hora, pase en largo de Koundé, duda Mingueza ante el bote del balón y el brasileño, con mucho temple, recortó para batir a Guatia.
Un gol que debía cambiar el panorama del partido, pero el Celta no es de los que se amilanan. Se fue arriba y Gerard salvó el remate de Hugo Álvarez. A la salida del córner, el exazulgrana Ilaix Moriba enganchó un gran disparo y voló Iñaki Peña. Nada estaba decidido, ni mucho menos.
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Dos equipos con objetivos y presupuestos distintos, pero con la misma filosofía de cantera y fútbol ofensivo, que protagonizaron un toma y daca constante, trepidante y sin tregua.
Doble polémica
Los decibelios estallaron en Balaídos cuando el Celta volvió a encontrar fisuras en la adelantada defensa azulgrana, Iago Aspas se fue en carrera y cayó dentro del área al notar el contacto de Gerard Martín. Soto Grado lo interpretó insuficiente. Tampoco intervino el VAR.
Tras un gol anulado a Lewy por fuera de juego, un chut de Olmo que blocó Guatia y un Iago Aspas totalmente fuera de sí tras una entrada de Gerard Martín que hubiera sido la segunda amarilla, el Barça se fue al descanso con ventaja, pero con sensaciones contradictorias.
Hansi Flick tiró de lógica y dejó a Gerard en el vestuario para dar entrada a un Héctor Fort que rememoró ‘viejos tiempos’ con Xavi Hernández en el lateral izqjuierdo y lo hizo muy bien.
Aparece Lewy para el segundo
El Barça trató de proteger más el balón y controlar ante la constante amenaza de un Celta que lo intentó hasta de vaselina, la que probó Aspas en el arranque de la segunda mitad. Raphinha contestó con un chut potente por encima del travesaño.
Òscar Mingueza le ha dado mucho al Celta esta campaña, pero no estuvo fino ante su exequipo. De todos modos, el segundo gol del Barça no habría llegado sin la lucha y la fe de Raphinha. Le robó el balón, le llegó a Lewandowski y el polacó firmó su decimoquinto gol a trompicones pero definiendo con calidad.
Debacle inesperada
Con media hora por delante, Raphinha rozó incluso el tercero cuando la estrelló en el palo. Nada hacía presagiar el desenlace final. Casadó se vio la segunda amarilla por un agarrón y el Barça se descompuso. Koundé falló en el momento más inoportuno, Alfon recortó distancias y con el Celta volcado, llegó el empate en una gran jugada individual de Hugo Álvarez.
De tacón casi consuma Borja Iglesias el desastre total. El Barça sacó un punto de Balaídos, pero claramente perdió dos.