Un programa federal que ha gozado durante mucho tiempo del apoyo bipartidista, que atiende a casi 7 millones de mujeres embarazadas, madres primerizas, bebés y menores de cinco años, y ha demostrado mejorar la salud de las familias con menores ingresos, se ha quedado también en suspenso por el cierre del Gobierno. Sus beneficiarios sufrirán pronto las consecuencias, en un plazo estimado de una a dos semanas. Se trata del Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños, también conocido como WIC, por sus siglas inglesas, con un presupuesto de 8.000 millones de dólares, y que proporciona vales para comprar leche maternizada, así como fruta y verdura fresca, leche desnatada y otros alimentos básicos saludables, mucho más caros que los hipercalóricos ultraprocesados y que por eso suelen estar fuera del alcance de los hogares con bajos ingresos.
