Hasta ahora, cuando un barco pesquero llega a puerto, una persona fiscalizadora del Servicio de Pesca (Sernapesca) revisa la descarga de forma manual, identifica las especies y certifica si esta cumple o no con la cuota de pesca que le corresponde a la empresa. El proceso es lento, poco eficiente, de baja representatividad y también riesgoso para quien lo realiza.