
La ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ha hecho por primera vez un duro y abierto posicionamiento contra la reforma judicial, instaurada en México por Morena y con la que la elección de todos los jueces será sometida al voto popular a partir de 2025. Piña, que como cabeza del Poder Judicial había mantenido un perfil moderado, ha descrito en su informe de labores anual cómo se comenzó a gestar un ambiente de ataque y persecución a los jueces desde que Morena llegó a la presidencia de México, en 2018, con el objeto de socavar la independencia del Poder Judicial. Ha señalado que los ministros del Supremo han sido tachados de “traidores del pueblo” y corruptos por anular leyes y reformas que no fueron tramitadas debidamente en el Congreso. Ha afirmado que la enmienda judicial se ha implementado sin un diagnóstico previo y que su implementación coloca a México frente a un escenario desconocido a nivel mundial. Aunque no queda mucho por hacer, dado que la reforma ya está en la Constitución, Piña ha utilizado la que quizá sea su última oportunidad para alzar la voz.