La ministra de Defensa, Margarita Robles, llamó la semana pasada a su homólogo argelino, el general Said Chanegriha, para agradecerle su mediación en la puesta en libertad de Joaquín Navarro Cañada, el español secuestrado el 14 de enero en el sur del país y liberado el pasado martes. La llamada de Robles refleja el decisivo papel que en la liberación de este profesor de arqueología jugó Argelia, un país con el que España ha mantenido relaciones muy frías desde que el Gobierno de Sánchez pasó a apoyar la posición marroquí sobre el conflicto del Sáhara, lo que llevó a Argel a mantener más de 19 meses vacante su Embajada en Madrid.