Durante algunos de sus mejores años de reportero gráfico, mientras trabajaba para la sección de Madrid de EL PAÍS, Cristóbal Manuel (Almería, 63 años) fue retratando, a la vez, dos ciudades. La primera era ese Madrid en blanco y negro de los barrios de la década de los noventa que salía en las páginas del periódico del día siguiente para acompañar noticias de desahucios, de llegadas de circos en Navidad, de residencias ilegales de ancianos o de robos. La fotografía se publicaba, la noticia se olvidaba y vuelta a empezar. La segunda ciudad era la que denominó “ciudad tristeza” y de esa nunca se olvidó.