Resistente por fuera, calentita por dentro. A principios de los cuarenta, Levi’s® encontró la forma de adaptar el denim al invierno, reforzando sus características chaquetas con diferentes tejidos acogedores; probaron con el forro de manta primero, hasta que dieron con el borreguillo que pasaría a formar parte fundamental de su archivo. Porque, como todo lo que ocurre con la firma, esa cazadora sobre la que asomaba un gustoso cuello peludo, también se convertiría en un icono atemporal. Arroparía protestas estudiantiles, celebraría la liberación sexual y se colaría en películas y desfiles desatando el deseo.